El mercado cada vez se agranda más tanto en productos como consumidores gracias a los videojuegos.
Seguro que si has mirado alguna tienda de informática tanto física como online te has topado con un apartado dedicado a portatiles gaming. El término anglosajón “gaming” se ha colado en infinidad de centros comerciales, establecimientos y tiendas de internet en los últimos años, y lo ha hecho además con una fuerza y una velocidad realmente endiabladas.
¿El detonante? La industria del videojuego. En la última década hemos sido testigos de un crecimiento exponencial de esto. Las producciones manejan unos presupuestos que pueden superar con tranquilidad los 100 millones de euros, pero también manejan unas cifras de ventas que no solo igualan, sino que también sobrepasan a los mayores taquillazos del cine.
Esos números se han convertido en la excusa perfecta para encontrar y explotar el nicho del videojuego no solo en consolas, sino también en la informática. El campo de los ordenadores gaming llegó, pegó y poco a poco se ha ido abriendo hueco hasta determinar el ritmo de ventas y el futuro del sector en materia de componentes.
Porque oímos hablar de este término en periféricos como teclados, ratones o incluso sillas; pero es en las entrañas de la torre donde se mueve lo realmente importante en relación con el sector. Las grandes compañías, especializadas en la fabricación de tarjetas gráficas o procesadores, miran muy de cerca a las exigencias que van sumando los videojuegos para ir a la vanguardia tecnológica y elaboran los componentes más avanzados para garantizar el mejor rendimiento posible.
Así, cuando alguien adquiere alguna de las miles de cajas de ordenador gaming que hay en el mercado, sabe que lo que llevará en su interior será algo que se impulse con la tecnología más puntera en materia de procesamiento y gráficos, siempre a nivel doméstico. Y lo mejor de todo esto es que, con equipos así, todo lo orientado al ámbito profesional se vuelve mucho más fluido. Estos ordenadores son más que capaces a la hora de manejar herramientas habituales. Están pensados para potentes sobrecargas.
El problema de esto es que hacerse con ordenadores gaming baratos es algo casi utópico. Si bien es cierto que hay establecimientos que logran salirse de lo habitual con algunas ofertas especiales, sumarse al carro del gaming es algo que necesita una potente inversión económica. Como ocurre con las tendencias en cualquier mercado, la destinada a los videojuegos no suele salir barata.