El I Estudio Xplora sobre el acceso de los niños a los teléfonos móviles señala que a tres de cada cuatro padres sus hijos les piden un móvil con menos de 10 años. En concreto, ese porcentaje asciende hasta el 76,7% de los padres encuestados.
El estudio, realizado en 2019, consistió en 400 entrevistas online a madres y padres con hijos de 5 a 12 años de edad. En la encuesta también se pregunta sobre cuáles son los motivos que llevan a los progenitores a ofrecer un teléfono móvil a su hijo, siendo la respuesta mayoritaria la tranquilidad que supone hablar con él, en un 73% de los casos, y querer saber en todo momento dónde se encuentra el menor, el 46% de las respuestas.
Aparecen también como motivos para regalar un smartphone la presión social y evitar que el pequeño se quede atrás tecnológicamente. A su vez, este estudio es muy interesante porque los padres determinan que la edad ideal para que sus hijos tengan un smartphone es entre los 12 y los 13 años.
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El móvil no es una herramienta peligrosa, lo es el uso inadecuado de la tecnología
El estudio, a pesar de ser de 2019, es muy significativo sobre el comportamiento de padres e hijos con respecto a la tecnología. Además, la pandemia ha incidido en este fenómeno, el de la dependencia de la tecnología.
Los niños ya no se relacionan como antes, su ocio depende en gran medida de internet y las aplicaciones móviles, y además hay que sumar las restricciones a la movilidad y los toques de queda.
Redes sociales como TikTok, Instagram y plataformas como Twitch o Amazon se sitúan entre las preferidas de los adolescentes. El problema, por tanto, es tener un teléfono móvil con una edad temprana, sino el uso que se hace de él.
Al igual que la tecnología puede ser un recurso educativo y de divulgación excepcional, también puede ser la puerta a comportamientos nocivos y peligrosos, como por ejemplo el bullying, la dependencia enfermiza de internet o el acoso sexual por parte de otros adolescentes y pederastas.
Más tranquilidad para los padres
El I Estudio Xplora en 2019 ya apuntaba que una de las razones que invita a los padres a comprar un teléfono a sus hijos es la tranquilidad de saber en todo momento dónde se encuentran.
De hecho, una de las ventajas de utilizar la nueva tecnología en los móviles es mediante el uso de una app para localizar a personas. Dichas personas pueden ser controladas con o sin saberlo, para su bien, como es el caso de unos padres preocupados por sus hijos o el dueño de una empresa.
Otra fórmula que se asemeja a esta es la posibilidad de incluir controles parentales en los teléfonos de adolescentes, de modo que no puedan descargarse determinadas aplicaciones o que, en el caso de usar el teléfono de los padres, no puedan acceder a algunos contenidos.
Estas opciones se pueden poner en marcha directamente desde los ajustes del teléfono o bien descargando apps gratuitas en la tienda de aplicaciones.
Las niñas adolescentes, más activas que los niños
Un dato similar al del Estudio Xplora es el que arroja la Encuesta del INE sobre Equipamiento y Uso de Tecnología de Información y Comunicación en los Hogares de 2019, que se hizo pública en febrero de 2020.
Según el estudio, un 66% de los niños entre 10 y 15 años tienen teléfono móvil. La encuesta no recoge datos solo datos sobre teléfonos móviles, sino que se centra en el uso de internet. Así, casi un 90% de las personas de esa edad cuenta con ordenador y un 93% navega en la red de forma habitual.
En ese rango de edad, las niñas usan en mayor medida las tecnologías, y a mayor edad, más uso, sobre todo a partir de los 13 años. El porcentaje de adolescentes y jóvenes que usa internet va aumentando hasta los 24 años, cuando es prácticamente universal, con ratios del 99%.
Desde esa edad y hasta los 55 años, disminuye. Las personas que menos uso hacen de internet son las más mayores, las comprendidas entre los 65 y los 74 años. Por encima de esos grupos de edad, el INE no recopiló datos.
¿Qué medidas tomar en caso de sufrir algún tipo de abuso?
El uso de teléfonos móviles en la adolescencia comporta una serie de riesgos, pero la solución no pasa por vetar los dispositivos, sino poner en funcionamiento medidas que permitan detectar los intentos de abuso, robo de identidad o acoso.
Recuerda que si recibes cualquier tipo de acoso por internet siempre puedes denunciar a la policía. Ella siempre te ayudará. Esta recomendación, junto con un uso consensuado de los dispositivos con los padres es la mejor vía para sacar el máximo partido a la tecnología y convertirla en una buena herramienta para el aprendizaje, el emprendimiento y el establecimiento de relaciones sociales saludables.